sábado, 15 de febrero de 2014

PRIMER PERIODO CASTELLANO

DISFRUTO LEYENDO POEMAS
LAS TAREAS DE CASA
EN MI CASA LOS TRABAJOS
ESTÁN MUY BIEN REPARTIDOS:
UN DÍA MI PAPÁ PLANCHA
Y MI MAMÁ HACE EL COCIDO,
OTRO ELLA LAVA LA ROPA
MIENTRAS ÉL FRIEGA LOS PLATOS,
MI HERMANO VA A POR EL PAN
Y YO LIMPIO MIS ZAPATOS.
ASÍ, LAS TAREAS DE CASA
LAS HACEMOS ENTRE TODOS.
CADA UNO COMO SABE
Y NUNCA DE MALOS MODOS.
(JULIÁN ALONSO)
VIDEO DE POEMA:SEÑOR CARACOL





MAMÁ


ERES LA MANO
QUE ENCIENDE EL PASTEL
DE MI CUMPLEAÑOS.
LA LLAVE DEL CUENTO
QUE ABRE MIS VENTANAS
AL PAÍS DE LOS SUEÑOS.
LA SEÑAL DE ALERTA
CUANDO MIS CARRILES
DE PRONTO SE ALTERAN.
EL AUXILIO RÁPIDO
PARA MIS CAÍDAS
Y MIS DESENCANTOS.
LOS OJOS MÁS BUENOS
QUE VEO AL DORMIRME
Y CUANDO DESPIERTO.
UN REGALO PARA MAMÁ
Juan Guinea Díaz










 Le regalo a mi mamá
una sonrisa de plata que es la que alumbra mi cara cuando de noche me tapa.

Le regalo a mi mamá una caperuza roja por contarme tantas veces el cuento que se me antoja.


Le regalo a mi mamá una colonia fresquita por no soltarme la mano cuando me duele la tripa.


Le regalo a mi mamá una armadura amarilla que la proteja del monstruo que espanta en mis pesadillas.


Le regalo a mi mamá el lenguaje de los duendes por entender lo que digo cuando nadie más lo entiende.


Le regalo a mi mamá una chistera de mago en la que quepan mis besos envueltos para regalo.






LA CLASE
POR LA MAÑANA MUY TEMPRANO
ME LEVANTA MI MAMÁ.
¡ME ESTÁ ESPERANDO LA SEÑO
Y HAY QUE DESAYUNAR!
VOY CONTENTO AL COLEGIO,
ALLÍ ME LO PASO GENIAL;
ADEMÁS DE JUGAR MUCHO,
TAMBIÉN HAY QUE TRABAJAR.
CANTAMOS MUCHAS CANCIONES,
RECITAMOS MUCHAS POESÍAS,
APRENDEMOS TRABALENGUAS
Y SE PASA VOLANDO EL DÍA.
(ROCÍO BASCÓN MUÑOZ)
PALABRAS
PALABRAS ESCONDIDAS
BUSCO EN EL MAR,
EN LAS NUBES DEL CIELO,
EN LAS ISLAS DE CORAL.
PALABRAS MARINAS,
AZULES, MOJADAS, PERDIDAS.
PALABRAS CELESTES,
SUAVES, GRANDES, DIFERENTES.
PALABRAS DE TESOROS,
BRILLANTES, DORADAS.
PALABRAS DE CORSARIOS,
DE UNICORNIOS Y DE HADAS.
PALABRAS, BUSCO PALABRAS
QUE ME CUENTEN BELLOS CUENTOS,
QUE ME HABLEN DE ANIMALES,
QUE ME ENSEÑEN MIL CANCIONES
Y MIL JUEGOS MALABARES.
PALABRAS Y MÁS PALABRAS
DE MÍ SIEMPRE INSEPARABLES.
(BEGOÑA DÍAZ GARCIÍA)


RIMAS



fuello, huello, mello, sello
adentello, atropello, contrasello, desaquello, descabello, embotello,
barro, garro, jarro, marro, narro, parro
acarro, agarro, amarro, aparro, chicharro, demarro, desbarro, desgarro, embarro, emparro, engarro, esgarro, jaharro, socarro, somarro,
choro, cloro, coro, doro, floro, fluoro, lloro, roro
feria, seria,
aseria, enseria,
ciertos, tuertos, yertos



COPLAS











Quisiera ser el solcito,
que nace en el cielo azul;
para besarte en la frente
con un rayito de luz.


Pensando en que me dejaste,
lloro tanto y tan de veras,
que la gente de mi casa
se imagina que hay goteras.



Tus ojos morena
se parecen a ti,
porque pestañean
como un colibrí.


Porqué siempre te escondes
cuando me ves venir,
si yo soy tan guapo
y tan digno de ti
.


No sé yo si eres,
tan digno ni tan guapo,
pues tu hocico parece
el de un garrapato.


Ayer cogiendo papas
me engoruñé como un gato,
y hoy no me puedo agachar
ni ponerme los zapatos.


Dos besos llevo en el alma,
que no se apartan de mí:
el último de mi madre
y el primero que te di.


Yo soy torito bueno,
no hay árbol que no desgaje,
en las astas traigo fuerzas
y en el cogote, coraje.


Tus ojos morena
se parecen a ti,
porque pestañean
como un colibrí.






Todos me dicen que adoro
una flor de mal color;
diga el mundo lo que quiera,
que a mí me parece un sol.
 


 
Muchas veces estoy viendo
las rosas de tu ventana
y muchas veces me engaño
pensando que son tu cara

 

 
RETAHILAS
Las retahílas son expresiones infantiles que se repiten en los juegos y en las relaciones cotidianas de los niños
En la clase hay un armario,
en el armario hay un dibujo,
pintado en el dibujo, hay un sol,
en el sol hay un armario
y el armario en la clase está.




En el prado hay un árbol,
en el árbol hay una manzana,
en la manzana hay un gusano,
el gusano está en la manzana,
la manzana está en el árbol,
y el árbol está en el prado






Don Pepito, el barullero,
se metió en un sombrero.
El sombrero era de paja,
se metió en una caja.


La caja era de cartón,
se metió en un balón.
El balón era muy fino,
se metió en un pepino.

 
El peino maduró
y don Pepito se escapó.

 




Arriba y abajo,
por los callejones,
pasa una ratita,
con veinte ratones.


Unos sin colita,
y otros muy colones.

Unos sin orejas,
y otros orejones.
Unos sin patitas,
y otros muy patones.
Unos sin ojitos,
y otros muy ojones,

Unos sin narices,
y otros narigones.
Unos sin hocico
y otros hocicones.


Pasó una ratita,
con veinte ratones.




VIDEOS DE RETAHILAS










TRABALENGUAS





Hay chicas chachareras que chacotean con chicos chazos. Y un chico mete al chillón de la chepa un chichón por chirrichote, y el chiste, y lo chocante, es que la chepa se le ha chafado con la hinchazón del chirlo



Un tubo tiró un tubo y otro tubo lo detuvo. Hay tubos que tienen tubos pero este tubo no tuvo tubo.


Tengo un tío cajonero
que hace cajas y calajas
y cajitas y cajones.
Y al tirar de los cordones
salen cajas y calajas
y cajitas y cajones




Compadre de la capa parda, no compre usted mas capa parda,
que el que mucha capa parda compra, mucha capa parda paga.
Yo que mucha capa parda compré, mucha capa parda pagué.




Me han dicho que he dicho un dicho y ese dicho no lo he dicho yo ,porque si yo lo hubiera dicho estaría muy bien dicho por haberlo dicho yo.  


     como quieres que te quiera si el que quiero que me quiera no me quiere como quiero que me quiera aunque no me quiera como quiero que me quiera lo quiero por eso como quieres que te quiera?


LECTO ESCRITURA

DESCUBRO EN LA LECTURA
 LA MAGIA DEL SABER



EL PAPEL Y LA TINTA




Estaba una hoja de papel sobre una mesa, junto a otras hojas iguales a ella, cuando una pluma, bañada en negrísima tinta, la mancho llenándola de palabras.

¿No podrías haberme ahorrado esta humillación? Dijo enojada la hoja de papel a la tinta. Tu negro infernal me ha arruinado para siempre.

http://www.pequelandia.org/cuentos/cortos/helpdesk.jpg No te he ensuciado. Repuso la tinta. Te he vestido de palabras. Desde ahora ya no eres una hoja de papel, sino un mensaje. Custodias el pensamiento del hombre. Te has convertido en algo precioso.

http://www.pequelandia.org/cuentos/cortos/helpdesk.jpg En efecto, ordenando el despacho, alguien vio aquellas hojas esparcidas y las junto para arrojarlas al fuego. Pero reparo en la hoja "sucia" de tinta y la devolvió a su lugar porque llevaba, bien visible, el mensaje de la palabra. Luego, arrojo las demás al fuego.



EL ÁNGEL DE LOS NIÑOS









Cuenta una antigua leyenda que un niño, que estaba a punto de nacer, le dijo a Dios:
- Me dicen que me vas a mandar mañana a la Tierra, pero... ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?
- Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando, él te cuidará.
- Pero aquí en el cielo, no hago más que cantar y sonreír; eso basta para ser feliz.
- Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.
- ¿Y cómo entenderé a la gente que me hable, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres? ¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?
- Tu ángel te juntará las manitas y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado.
En ese instante, una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se oían voces terrestres y el niño presuroso, repetía suavemente:
- Dios mío, si ya me voy, dime su nombre... ¿cómo se llama mi ángel?
- Su nombre no importa, tú le dirás «mamá»... 






EL DUENDE Y EBÚHO







Había una vez un duende que vivía en una seta de chocolate del bosque. Cerca de su casa pasaba un río de aguas azules y transparentes. Todas las mañanas el duende atravesaba el río para comprar comida en el mercado del bosque. Le gustaba mucho hablar con sus amigos, el oso carnicero, la nutria pescadera y el lobo panadero.
Un día el duende conoció a un nuevo animal del bosque que había viajado mucho por todo el mundo, era un búho muy sabio.
El duende y el búho se hicieron muy amigos y todos los días se reunían en la casa de chocolate para jugar al ajedrez.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado, si quieres que te lo cuente otra vez cierra los ojos y cuenta hasta tres.


RESPONDO LAS SIGUIENTES PREGUNTAS SEGÚN LA LECTURA

¿Dónde vivía el duende?

¿Qué había cerca de su casa?

¿Dónde compraba el duende la comida?

¿Qué animal era el panadero?

¿Qué animal era el pescadero?

¿Qué nuevo animal llegó al bosque?

¿Por dónde había viajado el búho?

¿Cómo era el búho?

¿Eran amigos el duende y el búho?

¿Dónde se reunían el duende y el búho?

¿A qué jugaban el duende y el búho?




LA CASCARA DE HUEVO








"¡Te odio, Alicia!", le gritó Tom. "¡Más nunca vuelvas a entrar a mi cuarto! ¡Eres una ladrona!"
"¡Eh, que dices!", llamó el abuelo, que venía por el pasillo. "¿De qué se trata toda esta gritería?"
"Tom dice que yo le robé sus tijeras, pero yo no lo hice", gritó Alicia desde su habitación. "¡Él es un mentiroso y también es mejor que no vaya a entrar en mi habitación!", terminó de decir Alicia y cerró la puerta de un tirón.
Con un suspiro, el abuelo revisó la estancia. No pasó mucho tiempo antes de que él descubriera las tijeras de Tom sobre la mesa del pasillo. Ambos niños, muy enojados, insistieron en que el otro las había dejado allí. "¡Silencio!", ordenó el abuelo. Les hizo señas de que les siguieran y se dirigió hacia la cocina, donde puso un huevo y una taza vacía sobre la mesa.
"¡Alicia, rompe este huevo y échalo en la taza!", le dijo el abuelo.
Los niños se preguntaban dónde se dirigía el abuelo con todo esto, pero Alicia obedeció. "¡Ahora, tú, pon el huevo de regreso dentro de la cáscara. Por favor, en la misma forma en que estaba antes!", le dijo el abuelo a Tom. Tom frunció el ceño.
"¿Qué quieres decir?", le preguntó. "Esto es imposible abuelo. Tú no puedes arreglar un huevo roto".
"¿Igual que Humpty Dumpty, no?", dijo el abuelo con una risita. Entonces se puso serio. "El punto es que hay otra cosa como Humpty Dumpty, algo que NO puede ser arreglado fácilmente. Estoy pensando en los sentimientos. Niños, ustedes se dijeron cosas feas entre sí. Recoger las palabras es algo tan imposible como componer un huevo".
Ambos niños se sintieron mal. "Nunca se les olvide lo dañinas que pueden ser las palabras", les advirtió el abuelo. "Dios dice que la lengua es como un fuego que no puede ser apagado. Así es el gran daño que pueden hacer las palabras.
Aun cuando dices que lo sientes, esto no hace que se desaparezcan".
"Lo siento", Tom le dijo a su hermana. "Sí, ... bueno,... yo también", contestó Alicia. "Puedes entrar en mi habitación, si lo deseas".
¿Qué tal Tú? ¿Tienes cuidado de las palabras que dices, o dices las cosas antes de pensarlas? Aun cuando te disculpas, la otra persona puede que aún recuerde esas palabras que dijiste.
Pídele a Dios que te ayude a controlar tu lengua.



MIS GALLETITAS





Una chica estaba aguardando su vuelo en una sala de espera de un gran aeropuerto. Como debía de esperar un largo rato, decidió comprar un libro y también un paquete con galletitas. Se sentó en una sala del aeropuerto para poder descansar y leer en paz.
En el asiento de en medio, se ubicó un hombre que abrió una revista y empezó a leer.  Entre ellos dos, quedaron las galletitas.
Cuando ella tomó la primera, el hombre también tomó una.  Ella se sintió indignada, pero no dijo nada. Apenas pensó: "¡Qué descarado; si yo estuviera más dispuesta, hasta le daría un golpe para  que nunca más se olvide!".
Cada vez que ella tomaba una galletita, el hombre también tomaba una.  Aquello la indignaba tanto que no conseguía concentrarse ni reaccionar.
Cuando  quedaba apenas una galletita, pensó: "¿Qué hará ahora este abusador?".
Entonces, el hombre dividió la última galletita y dejó una mitad para ella.
¡Ah, no!...Aquello le pareció demasiado. Se puso a bufar de la rabia.  Cerró su libro y sus cosas y se dirigió al sector del embarque.  Cuando se sentó en el  interior del avión, miró dentro del bolso y para su sorpresa, allí estaba su  paquete de galletitas... intacto, y cerradito.
¡Sintió tanta vergüenza! Sólo entonces percibió lo equivocada que estaba. ¡Había olvidado que sus galletitas estaban guardadas dentro de su bolso!
El hombre había compartido las suyas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado. Y ya no había más tiempo ni posibilidades para explicar o pedir disculpas.
Pero sí para razonar:
¿Cuántas veces en nuestra vida sacamos conclusiones cuando debiéramos observar mejor?
¿Cuántas cosas no son exactamente como pensamos acerca de las personas?
Y recordó que existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan:
1.- Una piedra, después de haber sido lanzada.
2.- Una palabra, después de haber sido proferida.
3.- Una oportunidad, después de haberla perdido.
4.- El tiempo, después de haber pasado.


Ver vídeo "El viejo árbol"






El león y el ratón

 

 

 

El sol de la tarde caldeaba las flores, hasta que empezaron a balancearse soñolientas y e! follaje de los árboles proyectó un cambiante dibujo de sombras sobre el suelo del césped del bosque. Reinaba el silencio, y todos los animales estaban tendidos, durmiendo cómodamente la siesta: todos, salvo el ratoncito gris, que retozaba en la danzarina luz y en la sombra. Tan feliz se sentía en aquella dorada tarde estival.
Pero… ¡ay! Persiguió de manera tan alocada su propia cola, que chocó con el gran león, tendido perezosamente al pie de un árbol. El tonto ratón creyó que sólo había chocado con el tronco del árbol, y hasta que se topó con la nariz del león y sintió el aliento del gran animal, no comprendió lo que había hecho.
El rey de la selva se movió como si sintiera un cosquilleo en la nariz y, abriendo un ojo, vio al ratoncito gris. Inmediatamente, puso la pata sobre la larga cola del animalito. El ratón chilló, con terror:
¡No, no, rey León! ¡Te suplico que tengas piedad de mí!
Tiró y forcejeó desesperadamente, tratando de liberar la cola del peso de la gran pata que la sujetaba. Pero no pudo zafarse y, cada vez que el león profería un rugido ensordecedor, como un trueno que viaja por los cielos, el ratoncito se estremecía de susto.
No, no decía, con voz trémula. No, rey León ¡No! Ten piedad de mí.
¡Quita tu pata de mi cola y déjame ir!
Pero el león se limitaba a aturdido con otro rugido.
Entonces, apelando a todo su ingenio, el ratón le dijo, taimadamente:
Sin duda, el gran rey de la selva no querrá mancharse las patas con la insignificante sangre de un ratoncito gris. ¡Suéltame, rey León!
Pero el león le asestó un golpe con la pata.
¡Oh rey León! Si me sueltas, algún día te salvaré la vida.
Al gran animal lo divirtió tanto esta idea, que se echó a reír sonoramente y, alzando la pata, dejó huir al asustado ratón.
Varias semanas después, el ratoncito, al corretear de nuevo entre los árboles del bosque, oyó un bramido de dolor que llegaba del otro lado de la arboleda. Siguió la dirección del ruido y vio a su amigo el león, firmemente atrapado en la trampa de un cazador. Ahora le tocaba al gran rey de los animales tirar y forcejear. Pero cuanto más intentaba liberarse de la red, tanto más se enredaba en ella.
El ratón advirtió en seguida lo que sucedía y empezó a roer las mallas de la red hasta que, a los pocos minutos, el rey de la selva quedó en libertad.
Un favor merece otro ?dijo con vivacidad el ratoncito, mientras escapaba para jugar persiguiendo las sombras de la tarde.






ANALISIS DE TEXTOS 



El mundo de los duendes



Hola, soy el duende Alfonso y te quiero contar cómo somos los duendes y qué hacemos.

No todos los duendes nos parecemos, algunos son tan pequeños que pueden ocultarse detrás de un hongo y otros tan grandes que pueden tener la estatura de un hombre adulto. Mi hermano Ruperto es más pequeño que tú. Sin embargo a todos nos encanta hacer bromas y en ocasiones somos muy malos cuando las personas no cuidan a la naturaleza. Claro que también podemos ser serviciales y ayudar a los humanos a cambio de un sencillo plato de comida. Es muy difícil que las personas nos vean pues sabemos escondernos bien, nos convertimos en animales e incluso podemos hacernos invisibles.




1.Quién cuenta la historia?


A. El duende Ruperto.

B. Un experto sobre la vida de los duendes.
C. El duende Alfonso.
D. Un niño a quien le gustan los duendes



2.¿Qué título podría tener el texto que acabas de leer?


A. ¡Qué alegría ser un duende!


B. ¿Cómo somos los duendes?


C. ¿Un duende puede ser igual a otro?


D. ¡Conozcamos las bromas de los duendes





3.¿Qué puedes decir de la estatura de los duendes?


A. Que son muy grandes.


B. Que todos son iguales.


C. Que son muy pequeños.

D. Que todos son diferentes



4.¿Qué hace que los duendes se porten mal con los humanos?


A. Que alguien les haga una broma.


B. Que alguien destruya la naturaleza.


C. Que las personas no les den comida.

D. Que las personas los vean por descuido





5.En la oración “Claro que también podemos ser serviciales y ayudar a los humanos a cambio de un

sencillo plato de comida”, ¿qué palabra podría remplazar a la palabra subrayada?


A. Colaboradores.


B. Afectuosos.


C. Obedientes.

D. Educados.




EL GRILLO Y SUS AMIGOS
    Un grillo vivía en un agujero a la puerta de la  cueva de un zorro. Toda la noche cantaba:
    -¡Cri, cri, cri! ¡Cri, cri, cri!
    El zorro no podía dormir.
    -¿Te quieres callar, atontado? -le dijo el zorro.
    Y el grillo seguía cantando.
    Aburrido ya el zorro le declaró la guerra. Llamó a todos los animales de cuatro patas.
    El grillo por su parte llamó a las pulgas, a los mosquitos y les dijo:
    -Amigos, el zorro nos declara la guerra.
    Los amigos del grillo se metieron entre los pelos de los zorros, los osos y los lobos. Ocultos allí,  oyeron que el zorro decía a sus amigos:  
    -Si la batalla está ganada, llevaré la cola levantada. Si la batalla está perdida, llevaré la   cola caída.
    Llegó el día de la pelea.
    La avispa fue y, con todas sus fuerzas, picó al  zorro debajo del rabo. El zorro sintió un dolor  horrible y no podía bajar la cola. Aguantó, pero no pudiendo más corrió hacia el río gritando:
    "Al río, soldados míos, Que la batalla la ganó el grillo."
    Y de este modo el grillo pudo seguir cantando    toda la noche, muy feliz.
        Cuento popular.


PRUEBA DE COMPRENSIÓN INTERACTIVA


1.¿Por qué no podía dormir el zorro?
a) Porque el gato maullaba.
b) Porque el grillo cantaba.
c) Porque el perro ladraba.


2.Si el zorro ganaba la batalla, ¿qué haría? 
a) Celebrarlo con los animales.
b) Llevará la cola levantada.
c) Se irá a pasar unas vacaciones

3.El zorro llamó a los animales de...
a) Cuatro patas.
b) Dos patas.  
c) Seis patas


4.¿Dónde le picó la avispa?
a) Encima del rabo.
b) No le picó.  
c) Debajo del rabo

5.¿Quién gana la batalla?

a) El grillo.

b) El zorro.   

c) La avispa.



LOS PANECILLOS DE PASAS


 

    Una vez, un padre le dijo a su hijo:

    -Por favor, vete deprisa al correo y tráeme treinta sellos.

    Y la madre añadió:

    -Ve a la panadería y compra tres panecillos de   pasas.

    El niño salió corriendo con el dinero.
    Como el correo estaba cerca, se quedó un ratito  a jugar en la calle con unos niños.
    Luego fue corriendo al correo y compró tres sellos.
    Después fue a la panadería y compró treinta panecillos de pasas.
    Al llegar a casa, el padre se echó a reír y dijo:
    -Bueno, pues ahora pegaré panecillos de pasas en mis cartas.
    Y la madre también se echó a reír.
    Prepararon la merienda y comieron tantos panecillos de pasas que tuvieron dolor de tripa.
            Úrsula Wolfel


PRUEBA DE COMPRENSIÓN INTERACTIVA



1.¿A dónde va deprisa el hijo?

a) Al comercio de la esquina.

b) A la ferretería.

c) Al correo. 



2.¿Qué le dice la madre?  

a) Que vaya a la carnicería.

b) Que vaya a la panadería.

c) Que vaya a la frutería





3.¿Cuántos sellos compra? 

a) Cuatro.
b) Tres.
c) Treinta.

4.¿Cuántos panecillos compró?
a) Tres.
b) Diez.
c) Treinta.

5.¿Qué les pasa por comer tantos panecillos?
a) Dolor de tripa.
b) Dolor de cabeza.
c) Dolor de muelas.



Ver video "mi improvisación " profe Janet